El dolor como maestro. Parte II. Nita Miralles y Mike Schabort
Nita y Michael profesores de Ashtanga Yoga, van a escribir de forma regular en nuestro blog. Ellos nos irán introducción poco a poco en la practica de Ashtanga Yoga. Juntos repasarán la primera serie, los miedos, beneficios y bondades de esta preciosa práctica. El formato que han elegido para escribir este contenido es súper bonito, ya que el texto del artículo es una transcripción de una conversación mantenida entre ambos, en la que se van haciendo preguntas.
Agradecemos muchísimo la participación de estos dos maestros, Hari Om Nita & Mike.
Os dejamos con el segundo artículo pregunta-respuesta sobre Ashtanga Yoga.
EL DOLOR COMO MAESTRO PARTE II┊ NITA MIRALLES & MIKE SCHABORT
Pegunta Nita: Al realizar clases diarias de estilo mysore, animamos a los estudiantes a entender cómo practicar con más conciencia para evitar lesiones. ¿Cómo aprendemos a lidiar con las lesiones?
Mike: Es un proceso. Los practicantes necesitan intimar con sus cuerpos de una manera lúdica.
Cuando una persona no ha estado físicamente activa durante mucho tiempo probablemente necesitará más esfuerzo para volver a familiarizarse con la conexión mente-cuerpo-respiración. Por esa razón, un maestro debe ser cauteloso y extremadamente sensible cuando trabaja con estudiantes que, a lo largo de los años, han descuidado sus cuerpos. Afortunadamente, tarde o temprano con la práctica uno gana control sobre los sentidos.
El estudiante hábilmente guiado podrá recabar, abriendo la puerta que ha estado separando el estado de vigilia consciente y el subconsciente del cuerpo. El maestro también debe ser capaz de mostrar al alumno lo que todavía no puede ver. En general, alentaría una actitud alegre y divertida al practicar y, al hacerlo progresivamente estaremos más en sintonía con lo que nuestros cuerpos son capaces de hacer.
Evidentemente, hay estudiantes que han madurado en su relación cuerpo / mente, porque son o han sido meditadores, atletas, bailarines, terapeutas, etc. Sin embargo, los niños tienen esto de forma natural. Es más fácil si empiezas joven.
Así que aquí hay otra herramienta que podemos usar. Podemos volver a aprender a ser juguetones y receptivos como un niño. He visto esto en alumnos mayores que tuve en el pasado los cuales practicaron con este enfoque postivo infantil, muy en contacto con su conexión mente-cuerpo. De alguna manera mantuvieron esa vitalidad en sí mismos a lo largo de los años.
La práctica de yoga comienza desde el día en que naces. Es sencillo, bien mantienes tu psicomotricidad o no la mantienes.
N: Entiendo por lo que estás expresando que lo que nos falta en nuestra forma de vida actual es precisamente el recurso más valioso que podemos tener para una mejor práctica, y asímismo, para la vida, es decir ser más alegres y juguetones.
Para eso necesitamos: «más» tiempo con nosotros mismos, menos prisas y dejar de concentrarnos en alcanzar un objetivo. Irónicamente, lo que encontramos en este ritmo de vida es lo opuesto, carencia de tiempo, impaciencia y hambre por resultados rápidos.
La práctica del yoga exige y cultiva paciencia, ya que no hay resultados rápidos; Y compromiso, ya que es un proceso largo, una práctica de por vida que conlleva una dedicación incesante. Cuando no acogemos o aceptamos esto, lo que suele suceder es que sufrimos aún más.
Lo más probable es que en la mayor parte de los casos, el origen de nuestras lesiones no tenga nada que ver con lo que pensamos que tiene que ver, sino con la forma en la que vivimos.
M: Continuando con esto, las lesiones y el sufrimiento en la práctica de yoga se remontan a una cosa: la ignorancia.
Cuando hay ignorancia, uno no puede ver que nuestros problemas no son reales. Creemos que somos nuestros problemas. Tan pronto como NO nos identificamos con los problemas, dejamos de crear bloqueos.
Por ejemplo, si no puedes realizar un “dropback” y no te identificas con el bloqueo, realmente no importa si puedes o no puedes hacerlo. Lo más probable es que te diviertas jugando con la posibilidad de hacer un dropback sin apegarte al resultado. No estás intentando lograr nada, en este caso estás más cerca de tener una práctica de yoga, y lo más probable es que disfrutes tu camino. Dado que los bloqueos se producen por ignorancia, si no nos identificamos con ellos, naturalmente desaparecerán.
Por el contrario, si tienes apego hacia un ideal o una meta impuesta por cosas como el dogma fácilmente puedes dejar de ser honesto contigo mismo y, en cambio, permanecer aferrado a ese ideal que has visto en una pareja, maestro u otro practicante. Crees que ESO es real y te dices a ti mismo «a menos que sea capaz de lograr ESO no lo estoy haciendo bien», lo cual es una completa mentira.
Al convencerte a tí mismo que has de alcanzar un objetivo a cualquier costo, fácilmente te frustrarás al no lograr los resultados ideales que te has inventado. En este momento, un nuevo bloqueo nace puramente de la ignorancia.
Ya sea que tu cuerpo esté físicamente limitado o no, eso realmente no importa, hay personas que han nacido hasta sin extremidades. Los bloqueos aparecen siempre en una plano sutil, no solo en el nivel físico.
N: Es cierto, eso sería el resultado de una actitud alimentada por la ambición y agresividad en la práctica y en la vida, pero también podemos encontrar lo opuesto. La otra cara de la misma moneda serían la pereza y holgazanería.
Son dos expresiones del mismo estado: Ignorancia.
Cuando te encuentras con una situación en la que el estudiante no está prestando atención a su respiración o la forma en que se mueve es como si no estuviera presente en su cuerpo, sino en otra parte. Y un ejemplo de exceso es evidente cuando estamos obsesionados con un objetivo. “Quiero llegar ALLÍ y lo quiero ahora”, asícomo un ejemplo de vaguería sería “no voy a intentarlo porque de todos modos no puedo hacer ESO” lo gracioso es que no importa si la actitud es perezosa o ambiciosa en cualquiera de los casos es una actitud idónea para lastimarte.
M: Me gustaría refinar estos dos conceptos.
La holgazanería y la ambición o agresividad ambos son mecanismos de escape. Cada vez que te haces daño es cuando no estás presente. Como cuando ocurre una experiencia traumática, tendemos a no estar presentes y, de alguna manera, dejamos el cuerpo inconscientemente.
N: Ya veo. Evitando sentir concienzudamente porque hay miedo. Hay miedo de dar un paso a lo desconocido, miedo al sufrimiento, a sentir dolor, para sobrepasar esto se requiere coraje y desenmascaramiento de todas esas capas de ignorancia construidas que habitan en forma de bloqueos físicos y-o mentales. Y precisamente la práctica te da la oportunidad de despertar todo, tanto el coraje como el dolor.
M: Sí, se podría pensar que existe un gran riesgo al entrar en lo desconocido, pero no hay ninguno o menos de lo que se cree, mientras que el riesgo realmente reside en no estar presente, que es cuando las lesiones ocurren con frecuencia.
Especialmente cuando tu cuerpo ha sido descuidado o sometido a mucho estrés y luego, de repente, comienzas a moverlo nuevamente, naturalmente, va a mostrar resistencia y surgirá la incomodidad y el malestar.
N: Es crucial distinguir la diferencia entre dolor y malestar.
A menudo, usamos la palabra dolor cuando algo no es agradable, cuando en realidad solo existe la ausencia de placer. Nuestra experiencia incómoda debe ser observada con plena conciencia, discerniendo la causa adoptaremos una actitud u otra ante la situación y entonces podremos abordarlo de manera responsable.
Por ejemplo: cuando la incomodidad aparece en forma de un dolor agudo en el sistema nervioso es un mensaje directo que requiere atención. En este caso, claramente, debemos entender que estamos dañando el cuerpo y debemos actuar en consecuencia. Como dejando de hacer lo que estés haciendo!
Por lo tanto, la incomodidad no siempre es necesariamente dolor, pero el dolor es una forma de incomodidad que puede provocar una lesión. La incomodidad te hace atender y prestar atención inteligentemente, y te libera de una condición insalubre.
En la práctica, reprogramamos constantemente nuestra conexión entre mente, cuerpo y emoción.
Reprogramar tu cerebro significa reinar sobre tus sentidos. En otras palabras, vivir conscientemente, lo cual solo puede suceder cuando estás en el momento presente.
M: La práctica de Ashtanga Vinyasa Yoga es realmente única en este aspecto. Está destinada a ser desafiante para que la mente se vuelva unidireccional. Con el tiempo el esfuerzo se convierte en gracia y ligereza. La secuencia de posturas, además del movimiento vinculado con la respiración, tiene la intención de renovar y limpiar el cuerpo. No es solo ejercicio en realidad es mucho más. Cuando haces otros ejercicios como deportes, existe una alta probabilidad de que sobre uses y desgarres tu cuerpo. Una práctica de yoga, sin embargo, no debería afectar tu cuerpo negavitamente de ninguna manera, si lo hace, entonces no es yoga.
N: Esa es la diferencia entre una práctica de yoga o no. Si es una práctica inteligente, entonces es yoga.
Dicho esto, tú y yo hemos desgastado un poco nuestros cuerpos (jajaja). Como humanos imperfectos que somos, hemos experimentado esas circunstancias.
M: Sí, cuando era más joven, más ignorante y menos experimentado, me empujaba a lugares hasta desgastarme físicamente. Si tienes suerte, rápidamente te das cuenta de que si deseas continuar con este camino, con esta práctica, tendrás que detener este tipo de comportamiento agresivo hacia ti mismo durante el resto de tu vida.
No vale la pena.
N: Recuerdo un evento reciente, hace unos meses, cuando tu hombro comenzó a dolerte mucho.
M: Sí, estas cosas surgen de vez en cuando, y se convierten en mis maestros. Aprendo más sobre cómo me muevo inconscientemente en mi vida diaria, cuáles son mis hábitos y pensamientos, y cómo afectan cualquier área inflamada, mental y físicamente. Es así cómo aprendemos a dar un paso atrás y ser hábiles con nuestros pensamientos, palabras y acciones. La incomodidad está ahí, pero realmente es cómo tratamos con ella lo que convierte la práctica en un arte.
Sé que puedes identificarte con esto. Los últimos meses también han sido bastante duros para ti, ¿no?
N: Sí, especialmente con nuestro estilo de vida, viajar tanto, que es muy agotador y estresante para el cuerpo y la mente.
Creo que nos tomamos las cosas demasiado en serio en la vida en general. La forma en que vemos las cosas afecta directamente a cómo vivimos nuestro dolor. Si ves la vida como un drama, el dolor te va a golpear cada vez más fuerte.
En cambio, si intentas minimizar el drama y centrarte en trabajar para estar presente y aceptar que el sufrimiento es parte de nuestra naturaleza, entonces, a través de la práctica del yoga, podemos someter el sufrimiento y traer más alegría a nuestras vidas.
M: Sí, creo que debemos recordarnos que esta práctica debe apoyar nuestras vidas y hacerlas más fáciles, ayudando a disminuir la velocidad y permanecer enraizado.
En una nota diferente, nuestra vida tampoco necesita estar dedicada únicamente al ideal de una práctica, sino que más bien intentamos maximizar nuestra potencial experiencia en esta vida, porque esta es la vida que tienes.
Si puedes hacer esto de una manera espiritual, sería lo más gratificante que puedas lograr. Explora el aspecto espiritual de tu vida, no me refiero a aprenderte la Biblia o los sutras de memoria o a tener viajes astrales, sino a ser más consciente del SER auténtico al eliminar las capas de la ignorancia, la venda que te impide ver tu verdad.
Cualquier cosa que te lleve más cerca de tu verdad experiencial puede convertirse en una práctica espiritual.
N: Lamentablemente, es fácil pensar que estás practicando yoga y, en realidad, lo que está sucediendo es que te estás alejando del camino espiritual. Cuando alguien presume, hoy en día todos vemos que a menudo en RRSS ocurre, si la persona no está completamente consciente, lo único que está sucediendo es que el Ego está siendo inflado, y existe la posibilidad de lesión y desgaste.
Recuerda la intención detrás de tu práctica y luego la práctica te servirá.
Te invito a practicar con la curiosidad de un niño, dentro y fuera de tu colchoneta, en la vida diaria, como en el patio de recreo, busca un guía siempre que esté disponible.
Un buen maestro es una fuente de sabiduría para tu cuerpo y mente en un momento dado. Está bien que cambies de maestro con el tiempo, pero específicamente en el método Ashtanga es necesario ver al mismo maestro+s (uno con suficiente experiencia) durante un largo período de tiempo.
Un maestro debe inspirarte, debe ser una guía en quién puedes confiar, y debes sentirte seguro para poder entregarte a tu práctica.
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NITA MIRALLES ┊MICHAEL SCHABORT
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Om Shanti