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11DÍAS CONVIVIENDO CON MONJES BUDISTAS. BODHGAYA, INDIA

La tradición budista afirma que, el príncipe Siddharta llegó a la localidad de Bodh Gaya, se sentó bajo el árbol bodhi (ficus religiosa) donde, después de tres días y tres noches de meditación continuada alcanzó la iluminación. Desde entonces, la localidad se convirtió en un lugar de peregrinación para los budistas de todo el mundo.

 

Para llegar a Bodhgaya no existe un tren directo, por lo que hay que ir hasta Gaya, capital de Bihar, y allí coger un rickshaw 30-40 min (el precio si es de día y compartido: 30Rp/ persona y 200Rp si no es compartido, si es de madrugada pagarás 300Rp, por uno no compartido).

Nosotros, como es habitual aquí en India, llegamos a Bodhgaya después de horas de tren y horas de retraso. Leandro salía de sus más de 4 días de gripe estomacal con masala fuerte (masala nombre que le hemos puesto a la diarrea indi) fiebre y malestar general. Como el tren tardo 6horas en llegar a la estación de Varanasi llegamos a Gaya casi a las 23pm, lo que hizo que tuviéramos que dormir en Gaya.

 

Fue un día pesado y duro, algo desalentador y un punto bajo de nuestro viaje, no os queremos engañar ya que era el segundo tren que cogíamos y también llegó con mucho retraso (la enfermedad de Le no ayudaba mucho al estado de ánimo) aún así seguimos la aventura, yo con más alegría que él como podéis imaginar.

 

Al día siguiente descubriríamos que nuestra intuición nos ayudó a huir de un momento desagradable que podría haber enturbiado más aún nuestro camino. Dormir en Gaya no es la mejor experiencia del mundo, es una ciudad sin ningún atractivo, bastante fea y con millones de mosquitos, la gente es más seria y seca de lo normal, los hoteles son caros y poco acogedores, además no encontrarás un lugar cómodo para comer.

 

Nosotros comimos unas parantas en un sitio local por 120RP 4 unidades y nada más. Dormimos que era lo mejor que podíamos hacer.

 

Al Bodhgaya, el rickshaw nos dejó en una valla de seguridad que los militares habían colocado en la carretera a 1km de la ciudad, pensamos que esta medida de protección podría ser debido a que algún Lama importante estuviera visitando la ciudad debido a la festividad que se iba a producir 3 días después el Kagyu Molam una fiesta es la que se reúnen Budistas del todo el mundo y cantan mantras por la paz en el mundo.

Llegamos andando cargados con las mochilas al hotel que nos habían recomendado: el Krisna Guest House, un lugar regentado por una familia india que no hablan nada de inglés.

La noche sale a unos 250-300Rp y os adelanto que no es apto para escrupulosos ya que tanto sábanas como WC estaban bastante sucios. Leandro y yo decidimos buscar una opción más limpia y encontramos un hostal muy bueno que es el que os recomendamos, es bastante nuevo con habitaciones bastante limpias, para ser India, grandes y luminosas por solos 450RP, la oferta inicial es de 800Rp pero se puede regatear. Como puntos malos: Los chicos de la recepción no son muy simpáticos y el WIFI no funciona bien en las habitaciones, pero el lugar merece la pena. Se llama Happy International Guest House.

 

Aquí señalar que los hoteles más baratos están en una calle a la izquierda al comienzo de la Avenida que cruza la ciudad. Os dejamos aquí el link de booking del hotel para que podáis ver donde están los hoteles económicos.

 

La zona es más pobre que la zona donde está el resto de hoteles, pero no es peligrosa ni nada, solo es más fea y convivirás con niños, animales y bastante suciedad por las calles de tierra.

Una vez instalados en el hotel, y muy contentos por el hallazgo, fuimos a comer algo. Nuestra sorpresa fue grande cuando descubrimos que fuerzas militares había tomado la ciudad.

Preguntamos en algunos hoteles y nos contaron que los comerciantes estaban de vacaciones, pero nos pareció raro, unos indios de la calle nos contaron que la noche anterior había habido una “ batalla campal” entre comerciantes y militares por problemas políticos, que era peligroso porque los militares les habían roto todo y les habían obligado a cerrar sus comercios por la fuerza. Otros chicos nos contaron que estaban de huelga y que no era nada peligroso, nunca sabremos bien lo que pasó, pero en ese momento sentimos algo de miedo y tristeza.

Irnos a Gaya a pasar allí tres días era una opción muy poco apetecible, pero no sabíamos si quedarnos allí podía ser peligroso… Con mucha hambre decidimos entrar en un monasterio Budista a pedir comida y alguna que otra conversación esclarecedora. Al entrar nos atendió una encantadora monja que nos hizo una comida buenísima y baratísima: Un arroz Tailandés con huevo frito, era muy sencilla pero realmente sabrosa. Los chicos indios que regentaban el lugar nos aseguraron que no era nada peligroso y nos invitaron a comer en su casa durante esos 3 días en los que iba a estar todo cerrado ¡tuvimos mucha suerte!

 

Pasamos tres días meditando en el MahaBodi con auténticos monjes budistas que pasan el invierno en Bodhgaya estudiando los textos sagrados y cantando mantras al lado de la higuera de agua en la que Buda se iluminó. Esto es una experiencia única, te sientas con ellos y comparten contigo sus mantras, su comida, sus donaciones, te sientes como uno más de ellos y esto hace que te apetezca acudir cada día, compartir cada día, es algo muy único y muy recomendable.

Observas a los monjes más experimentados como se saben de memoria larguísimos mantras y a los más pequeño niños de no más de 3-4 años con esas ropas de monje que cuanto menos, te parecerán monísimos, además son muy simpáticos y no paran de jugar entre ellos mientras sus maestros y mayores siguen cantando. Por ello, si vas a Bodhgaya en el invierno indio no dejes de acercarte al MahaBodi entre las 8 am y las 5 pm a compartir con ellos.

 

Totalmente integrados en esta ciudad, desayunábamos, comíamos y cenábamos en la casa de lo que hoy es ya nuestro querido amigo Rahul, él mismo nos preparaba la deliciosa comida cada día con muchísimo cariño en su propia casa, este es un ejemplo de los pequeños detalles preciosos que hace que un viaje por India sea tan mágico.

 

DONDE COMER.

Como os comentaba, el único punto malo de esta ciudad Budista es la falta de oferta gastronómica. Nosotros solo podemos recomendaros dos sitios:

El primero es comer en el monasterio del Dharma donde lo propios monjes cocinan deliciosa comida, la carta es reducida pero muy sabrosa, bien servida y barata, el único inconveniente es que solo está abierta durante el Kagyu Molam.

Plato de Chowmien 70RP

Plato de Fried Rize 60 Rp

Botellín de Fizz pequeño 15 Rp

 

Para llegar tienes dos opciones, ir en Tuk Tuk por 10Rp por persona o atravesar un arrozal, nosotros íbamos cada día por el arrozal, nos gustaba andar por aquellos campos verdes acompañados por la túnica y sonrisa de decenas de monjes budistas.

La otra opción para comer, es un bar que tiene la cocina en la calle, está situado en la avenida principal, la que termina en el MahaBudi, se llama Gautam Lassie Cornes, situado frente al nº 50 del Buddha Market. Además si quieres tomar un sabroso Lassie este es el mejor lugar de toda la ciudad para ello. Lo mejores Platos son el Vegg Roll y el Spring Vegg Roll. Además, si les dices que no lo quieres picante te hacen casi caso y no pica casi jeje.

Spring Roll 80 Rp.

Plato Momos 8 unidades 130 RP.

 

Desayuno 190Rp. no es muy rico ya que te dan las tostadas ya untadas es un detalles un poco cutre. Nosotros desayunábamos un café, muy caro (para ser India) pero rico en un bar que se llama El Barista está también en la Avenida principal, es para extranjeros pero si te gusta el buen café te lo recomiendo porque el café en India no es lo más rico la verdad. El café cuesta unos 120Rp una taza grande de cartón tipo de los Starbucks. Y comíamos unas galletas que comprábamos en una tiendecita.

 

MAHABUDHI Y TEMPLOS BUDISTAS

Lo mejor de esta ciudad sin duda son sus Templos Budistas, ir al MahaBodhi cada día es súper especial, es uno de esos lugares que tienen una energía especial, muy especial. Siempre se escuchan mantras de fondo y ves a decenas de monjes meditando en cualquier esquina. Muchos de ellos acuden cada día de su vida a meditar y los encuentras horas y horas, en la misma posición.

Este es el lugar donde Budha se iluminó, no os voy a contar toda la historia, existe mucha información en internet al respecto. Lo mejor de este sitio es el lago que hay en la izquierda que lo decoran con cientos de banderas que hondean sobre la cabeza de Buda, es mágico sentarte a contemplar el espectáculo.

Otra zona muy especial es la sala donde está la escultura de oro de Buda, hemos leído que se considera la escultura más bonita de Buda y la verdad es que no deja indiferente, una pena que no te dejen estar dentro de la sala más que unos segundos. Por último, la edificación pegada a la higuera de agua, a nosotros nos encantaba sentarnos horas y horas a respirar ese aire y esa energía tan especial.

 

BodhGaya es una experiencia de pequeños momentos, de pequeños recuerdos pero muy únicos cada uno de ellos, sales de esa ciudad reconfortado y con una energía más luminosa y alegre.

 

Los templos son especiales y únicos, cada uno con su peculiaridad, detalles y diseños, en ellos descubrirás la vida de Buda ilustrada en paredes y techos con ilustraciones muy diferentes, contemplarás cientos estatuas de pequeños Budas en los que si te fijas descubrirás que sus manos representan variados mudarás, podrás sentarte a meditar y a escuchar mantras de devotos recién llegados de Sri Lanka o tumbarte a echar una siesta en uno de los numerosos colchones tibetanos que encontrarás en el templo del monasterio del Dharma.

 

Os dejamos algunas fotos para que podáis verlos, pero creemos que lo mejor es dejar que os sorprendan cuando vayáis a visitarlos, creemos que es muy bonito no saber nada de ellos e ir descubriendo sus diseños, sus frescos en paredes y techos, sus monjes cantando… ¡Déjate sorprender por cada uno de ellos! En un día podrás visitarlos todos, dedicarles un rato a cada uno y después cuéntanos cuál ha sido el que más te ha gustado, nuestro proferido fue el de Tíbet.

 

EL GRAN BUDA.

Es más grande de lo que esperas, seguro te sorprenderás y lo mejor es que como esta ciudad no es muy turística, podrás verlo con poca gente y con mucha tranquilidad, una obra de arte en mitad de la calle, también uno de nuestros lugares preferidos de esta oasis de calma en mitad de Bihar.

 

MEDITACIÓN ZEN JAPONESA

Cada día a las 5p.m. disfrutábamos de una meditación Zen Japonesa en el Templo de Japón. Un monje japonés cantaba mantras mientras tocaba diferentes cuencos, maravilloso, vamos a escribir un post solo hablando de este tipo de meditación en la que os enseñaremos a practicarla y os regalaremos el audio con los mantras.

 

Próximo post sobre nuestra estancia en Agra, el increíble TajMahal.

 

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Om Shanti @igersyoga